¿Confiarás en mí? ... (Vio)

Una vez que llegamos a el Bosque de Wonderlan, miré a vio, luego, comencé a caminar más adelante esperando que me siguiera. Podía notarse miles de cosas tan raras que nadie vería en ningún lado. Era como un sueño, pero que a la vez era la realidad, y había que cuidarse todo.
- Lo que sí debes estar atenta, cualquier cosa puede salir de los árboles,

Iba tras el, encogida de hombros, pensaba que podía saltar cualquier cosa delante mio y pegarme un susto de muerte, resalto lo de muerte.
- ¿Al puro estilo de un asesino con motosierra y con mascara? Si... me lo imagino. - Dije irónica.
En realidad esperaba que el no se girara para atrás para que no me viera encogida como una niña pequeña... aun que en el fondo eso era lo que parecía.

La miré y me reí, porque pude notar que cada vez estaba más asustada, a tal punto que me hizo reír de una manera fuerte. Me acerqué a ella y le susurré en el oído.. - TRanquila, conmigo no te pasará nada. Le aprté la mejilla

- No te rías de mi... - dije amenazadora, pero a la vez burlándome de mi misma.
Escuché lo que me dijo al oído, y no pude evitar sonreír. Sus palabras me tranquilizaron un poco, pero solo un poco.
- Sumas un punto - Un punto para mi lista imaginaria de confianza, ¿Me estaba ya volviendo loca?

- Bueno, es bueno saber que al menos un punto a mi favor tengo.
La tomé de de la mano y la comencé a llevar por los lugares, podían verse mariposas en forma de panecillos, de todo criaturas lindas pero a la vez las más extrañas que hayan visto.
- Apersar de la locura... ¿No te gusta estar aquí?

Me iba atrasando se sus pasos, aquel lugar era sorprendente, animales extraños paseaban por allí tranquilos, seguramente para ellos era yo la rara.
- Esto es... como decirlo, ¿fantasioso? Parece un cuento. - Dije observando como paseaban tranquilar por el cielo unas mariposas de lo mas raras. - Por lo menos se que una mariposa no puede cortarme la cabeza. - Diej con una sonrisa sarcástica.

- Jajaja, no, no lo hará, pero si ves a la reina de corazones, tu deberás correr!, ya sabes, tu no la sigues a ella ¿O si?

*Dije riéndome mientras que me acercaba a ella*

- No, no la sigo, la respeto, pero por la cuenta que me trae. - Alcé la mirada hasta la suya - Y si viniera por mi, ¿Tu no me echarías una mano? - Dije enarcando las cejas, a ver que contesta ahora, si suma o resta.
La verdad, no lo estaba pasando mal después de todo, y también, el no me caía mal, solo que cuando se me acercaba mucho, me aceleraba, pero será por los nervios, o eso espero.